No creo en las marchas, nunca había ido a una en mi vida, ni en los 90s, ni en los 00s y tampoco en los 10s, pasaron varias marchas como la de todos de blanco y la verdad nunca fui porque simplemente no creo en las marchas, soy de la idea que para poder ejercer presión al gobierno hay otras maneras más efectivas. Pero la situación del gobierno actual y lo catastrófico de la gestión me ha hecho reevaluarlo todo y marchar, ya que AMLO no entiende razones, para él la ley es un cuento con el cual no hay que molestarlo y si algo está cumpliendo es mandar al diablo las instituciones. En vista de un loco de ese nivel no queda de otra más que intentarlo todo.
Llegué por reforma norte, dirección sur, me tuve que bajar en la fuente de petróleo en reforma y periférico porque ya desde ese punto estaba cerrada la calle, así que me toco caminar desde ahí hasta el ángel, lo cual es un buen tramo. Pasa uno por el auditorio nacional, el museo Tamayo y el de arte moderno, la torre mayor e incontables puestos de tortas de chilaquiles. Llegue al ángel de la independencia las 9:30 y la verdad se veía poquita gente, desde que se anunció la marcha no sabía que esperar en cuanto a cuanta gente iría, el tema del INE es complejo y requiere de estar informado y no solo escuchar la mañanera.
Mientras daba vueltas tomando fotos de pancartas me encontré con Madame Democracia y mientras caminaba cerca del monumento del ángel pude escuchar a los organizadores dar instrucciones en un escenario puesto en la glorieta, busqué un baño rápido y cuando salí yo no lo pude notar por estar en el 1er contingente de la marcha, pero ya estaba todo lleno hasta la madre. Los drones dieron unos pases y se empezó a mover todo el desmadre, súper lentamente como un mamut, pero súper prendido desde el inicio.
Al llegar a la ex palma ahora ahuehuete se unió gente de las calles perpendiculares y el paso se aceleró un poco. Cada que podía hacía pausa para subir historias o tomaba fotos y aun así no se veía el final de la marcha. De la glorieta de la BMV a insurgentes me traté de mantener en el centro de reforma para estar en medio antes de cruzar insurgentes.
Al llegar al monumento a Cuauhtémoc, justo encima de este, había un grupo de gente, evidentemente envidaos por “alguien” para provocar a la marcha, nunca agredieron ni nada, pero traían pancartas y hacían sus cánticos pro-reforma, pero no paso nada, la marcha tenía tanta gente y gritaban tan duro que apenas se escuchaba lo que los provocadores decían.
Dimos la vuelta en la glorieta de las mujeres que luchan, mi monumento favorito de reforma, sin nada interesante que contar, solo que la señora del carrito de los elotes estaba haciendo su agosto, por su cara ni ella misma se esperaba tanta gente y vendimia.
Cuando llegue al monumento a la revolución ya había gente y trate de acercarme lo más que pude al escenario, después de varias vueltas quede como a 30 metros del lado derecho. De nuevo los organizadores dijeron algunas palabras y luego José Woldenberg hablo con un sonido muy deficiente, yo si escuche todo lo que dijo y en general no había manera de no concordar con él fueras del partido que fueras.
Nunca en la vida me esperé que cantar el himno nacional con miles y miles de extraños fuera a ser una de las experiencias más catárticas de mi vida, en general no soy una persona nacionalista ni nada por el estilo, mi razón de estar en la marcha era para pelear por nuestro derecho de ser los ciudadanos quien cuente los votos así que algo como el himno nacional no es algo que me haría sentir en circunstancias normales, pero esta vez sí que fue muy diferente. Solo podría describirlo como la paz que brinda darse cuenta que uno no está solo en la pesadilla que es este gobierno y que tal vez haya un rayo de esperanza para empezar a ponerle un alto a esta catástrofe.
Al terminar emprendí el regreso por el mismo camino, pero me tomo como media hora más porque la gente seguía llegando y llegando, iba y venía y había diferentes corrientes de personas en diferentes direcciones, el camión tardo lo que quiso en salir y el tráfico estuvo bueno.
Durante la semana pasaron varias cosas, no solo AMLO se puso peor que nunca con sus ataques a todos los que lo contradicen, se calculó el número de asistentes y al parecer rebasa los 500k en la CDMX y pues esos números no coinciden con la mañanera. Es un número tan grande que, basados en el Rey del Cash, el enojo de López seguro fue tan grande que fue por eso que se le ocurrió la gran idea de hacer su propia marcha para uno de sus informes, acarreados en lugar de resultados. Se ganó una batalla muy pequeña y se necesitó de un chingo para lograrlo, a dos años de terminar el gobierno de López, simplemente no una oposición con carisma y propuesta.
